Bienvenidos a las mini entrevistas que haremos a nuestros Viajeros Solidarios, personas que han decidido distribuir filtros durante sus viajes, para dejar una marca en forma de acceso a agua potable. Esta es una de las vías de colaboración que queremos potenciar en nuestra Fundación para seguir teniendo un impacto positivo en el mundo y ayudar a las personas que no tienen acceso a una agua limpia.

La idea es clara y todo el mundo puede hacerla. Si vas a algún país o zona donde tengan algún problema con el acceso a agua potable, puedes contactarnos y diseñamos un plan para que nazca un proyecto para ayudar a los más necesitados.

Este post será la primera entrevista de esta nueva sección que confiamos que siga dando sus frutos. Esperemos que os guste y os inspire a ser como Celia, una cacereña de nacimiento, pero que actualmente reside en Madrid. Es esteticista de profesión, pero se define como una aventurera empedernida.


Hace 3 años decidió cumplir el sueño de su vida, visitar África. El país elegido fue Tanzania, y aunque su idea era realizar un voluntariado de unas semanas, se le hizo tan corto, que decidió volver de nuevo. Y aquí es donde empieza esta aventura solidaria junto a The Social Water.


¿Celia, que significa Tanzania para ti?

Tanzania es hogar, es familia, es difícil explicar esto sin emocionarme. He tenido una conexión tan grande que puedo decir que estoy en casa. Como me dicen ellos, “tú eres una negra más” 😂.


¿Por qué pensaste en ayudar a esas comunidades masáis?
En mi primer viaje a Tanzania vi que realmente había que mejorar la calidad de su agua. Evitar las enfermedades causadas por la ingesta de agua con bacterias es fundamental para esas comunidades, ya que los hospitales están muy lejos de sus aldeas y tampoco tienen recursos económicos para poder cubrir los gastos.


¿Y por qué elegiste la fundación The Social Water?

Un día investigando en Instagram, localicé un colegio donde The Social Water junto a la Fundación Hatua habían instalado un filtro y a partir de ahí moví cielo y tierra para poder conseguirlos. Nunca pensé que algo tan pequeño pudiese hacer cosas tan grandes.


¿Cómo fue el proceso para realizar el proyecto?

¡La verdad que genial, Javi (fundador de TSW) desde el primer momento me explico todo! Y eso que cada vez que hablábamos estaba en un país diferente. Pero siempre dispuesto a solucionar cualquier duda.


¿Cómo conseguiste reunir el dinero para financiarlo?

Tengo la suerte de trabajar de cara al público y de haber nacido en Tornavacas, un pueblo donde nos conocemos todos. Desde el primer momento que conté lo que quería hacer, la gente se involucró muchísimo. Hemos hecho sorteos, recolectas… pero sin la confianza de todas esas personas no hubiese sido posible nada.


¿Más de 3.000 personas se vieron beneficiadas gracias a tu acción, como fue la entrega en el terreno?
¡Feliz! No me cabía la sonrisa en la cara, ni a mí, ni a ellos. Era una novedad para todo el mundo, las caras de sorpresa al ver cómo el filtro eliminaba todo, era increíble. Fueron unos días muy duros. Después de muchas horas en coche para llegar hasta las aldeas, casi sin descansar… pero no los cambio por nada.


¿Qué fue lo más difícil?
Lo más difícil creo que fue la comunicación, los masáis tienen su propia lengua. Aquí es donde mi amigo Chris forma una parte muy importante de este proyecto. Él ha sido el traductor en cada sitio donde he instalado los filtros. Yo lo llevaba traducido todo para que ellos sepan cómo cuidar los filtros, pero sin Chris no hubiese sido posible.


Wow, Chris fue de gran ayuda! ¿Que pensó al ver los filtros?
¡Él no tenía ni idea, hasta que llegué yo con la maleta llena! Le expliqué lo que hacían los filtros y le gustó tanto la idea que decidió formar parte del proyecto.


¡Celia, esta experiencia fue inolvidable para ti! ¿Tienes alguna anécdota que te marcase?
Un día, después de más de 4 h de coche, por carreteras intransitables, llegamos a una aldea masái donde hacía más de 4 años que no llovía. En esa aldea lo habitual es andar más de 10 quilómetros para llegar a un pozo de donde extraen el agua. Además del esfuerzo físico, tienen que pagar por el agua. Cuando llueve recogen el agua de los charcos. Me quedó muy marcado ese hecho, porque nosotros en nuestro día a día derrochamos muchísimos litros de agua.


¿Repetirías algo similar en Tanzania o en otro país?
¡Por supuesto! Este año viajo a Kenia, es mi primera vez allí. Me apetecía conocer otro país y dos amigas han decidido acompañarme. Aún no sé cuantos filtros voy a llevar ni dónde los instalaré, pero voy a estar en la zona de Mabokoni. Tengo que inspeccionar el terreno porque es toda una novedad para mí.


¿Si alguien estuviese meditando hacer lo mismo que tú, que le dirías?
Que no lo dude ni un segundo. Tenemos la suerte de poder ayudar a los demás y se aprende tanto de estas experiencias… Vivir en un lugar donde no nos falta de nada nos ha hecho volvernos muy pobres en muchas otras cosas y eso es una pena.


Celia, te dejo vía libre para que te despidas de esta pequeña entrevista.

Millones de gracias a The Ssocial Water, por darme la oportunidad de colaborar con su gran proyecto en el mundo. Y millones de gracias a todos y cada uno de los que confiáis en mí y hacéis posible que cada año más personas en el mundo tengan algo tan importante como es agua limpia.

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¡Hola! Soy Javi, director de The Social Water. ¿En qué podemos ayudarte?